Este es un resumen de lo conseguido durante un año en el que acogimos a 81 personas -36 adolescentes oncológicos- y en el que nos afianzamos como organización.
Este año será recordado como el primero de cierta normalidad tras dos años de pandemia, donde los encierros y las cuarentenas marcaron el día a día de casi todo el mundo. En Casa Camino no estuvimos ajenos a esa realidad y por eso es que nos alegramos mucho cuando pudimos, por fin, abrir las puertas de Casa Camino para que fuera conocida por todos quienes nos han ayudado en su edificación.
Pero 2022 también será para nosotros atesorado como el año en que logramos consolidar el trabajo que en una primera etapa tuvo mucho de aprendizaje, de idear y descubrir. Hoy podemos decir con orgullo que, reconociendo que aún hay muchas cosas por hacer y pulir, somos una casa de acogida especializada en jóvenes con cáncer de entre 12 y 18 años.
“De este año me gustaría destacar que Fundación Camino fue dando pasos hacia una organización robusta, con mucho margen para seguir creciendo y aprendiendo, con un equipo que ha ido afianzándose y adquiriendo la experiencia necesaria para especializarnos en la atención de jóvenes con cáncer. Esto ha sido posible gracias a la confluencia de muchas personas, algunas desde el inicio de la fundación y otras hace menos, pero todas con un gran espíritu colaborativo», señala Vicente Monge, presidente de Fundación Camino.
Esto se refleja, agrega nuestro presidente, en tres ejemplos: «Primero, en el trabajo de los y las voluntarias que se entregan desinteresadamente a la fundación, con actividades, donaciones o mera compañía. Como segundo ejemplo recuerdo la colecta digital de este año, en la que no solo cumplimos la meta, sino que, más importante aún, logramos llegar a cientos de personas entre quienes nos ayudaron y quienes aportaron. Por último, la relación que tenemos con la Universidad de los Andes, sus estudiantes de Terapia Ocupacional y sus pasantías en la fundacion».
En Casa Camino recibimos gratuitamente con alegría, cariño, contención y terapias a todos aquellos adolescentes que son de regiones y que necesitan un lugar en Santiago donde hospedarse mientras duran sus tratamientos oncológicos. Solo este año, 36 jóvenes durmieron al menos una noche bajo nuestro alero.
Todos ellos llegaron junto a un acompañante a alguna de las 14 habitaciones dobles con baño privado con que contamos. Fueron, en total, 81 personas las que durmieron en Casa Camino, de las cuales 45 fueron adultos y 36 adolescentes. En su conjunto sumaron 4.819 noches de hospedaje y 634 horas de terapia, entre psicológica y ocupacional. Hubo, además, cientos de risas y actividades lúdicas compartidas con diversos voluntarios.
A esas 81 personas les dimos 19.600 raciones de alimentos entre desayunos, almuerzos, colaciones y comidas. Totalizamos, además, 3.539 traslados de usuarios a los hospitales donde llevan a cabo sus tratamientos.
Este camino no lo hemos recorrido solos. Y es que, además de todos quienes han estado con nosotros desde hace uno, tres o seis años, en 2022, a pesar de todas las dificultades derivadas de la pandemia, se nos han sumado 400 nuevos socios. ¡Son 400 nuevos miembros para la familia de Fundación Camino! Así también ganamos cientos de seguidores nuevos en nuestras redes sociales. En Instagram superamos los 9.400. ¿Ya nos sigues?
Estas cifras son solo un ejemplo de lo realizado gracias al aporte invaluable de socios y voluntarios que de una u otra forma hacen posible que sigamos acogiendo con dignidad a aquellos jóvenes oncológicos que necesitan de un lugar donde hospedarse en Santiago mientras duran sus tratamientos contra el cáncer.
¡Esperamos de corazón que 2023 sea igual de bueno!
«Para el próximo año queremos poner a disposición de todos los jóvenes oncológicos que se hospedan en Casa Camino este trabajo aprendido”, cierra Vicente Monge.